viernes, 16 de noviembre de 2012

Cantes de ida y vuelta


Domingo Manfredi exponía sus ideas sobre el ir y venir de las tradiciones: “Las costumbres y el folklore musical, yéndose todo por oriente, por ejemplo, para aparecer al cabo de un tiempo, mayor o menor, por el occidente, como una cosa nueva y nuca vista, resulta desconocida incluso para los que la engendraron.

Los españoles del Descubrimiento y de la Conquista, y mucho más los de la Colonización, llevaron al nuevo continente, bastante antes de que se llamara América y bastante después de llamarse así, nuestros propios cantares y danzas; los recién llegados, los nativos y los mestizos posteriores recibieron estos cantes y danzas y los adaptaron a su temperamento, según el clima, la presión del aire y el perfume de la selva cercana.





Al cabo de los años el camino se hace a la inversa, y aquellos cantes y bailes primitivos, nuestros, españoles, andaluces en su mayoría, vuelven al viejo Continente, a la Península Ibérica, al sur de España, a Andalucía, en una palabra, hechos guajiras y milongas y tangos; y aquí los recibimos como cosa nueva, y nos sorprendemos de la facilidad con que los asimilamos, de la alegría con que los cantamos o bailamos, y de la importancia que en poco tiempo toman en nuestro mundo de gitanería, flamenquería y andalucismo.

Famosos cantaores profesionales no han dejado de llevar en su repertorio estos cantes criollos, sabrosos, incitantes y deliciosos, como una buena moza de Cádiz o de Sevilla, que después de haber pasado unos años en Cuba o en Río de la Plata, volviese más guapa, más melosa, más gachona y más dulce…”


Recuerdos De La Habana 
Rumbas Flamencas Del Año 1914
Pepe De La Matrona y Manolo El Sevillano
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La Milonga es un cante originario del Río de la Plata, y de aquella tierra, la gaditana Josefa Díaz, hija del matador de toros Paco Oro se trajo la milonga argentina, ofreciéndola a España como número extraordinario de su repertorio, bailándola y cantándola en “son” de tango. Pepa Oro la popularizó de tal manera que incluso don Antonio Chacón cantaba su versión para escuchar, más lenta.

La sabia voz de Pepe Aznalcollar 
con la guitarra de Félix de Utrera 
nos dejó esta perla en dulce:
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El gran guitarrista Borrull hijo acompaña esta Vidalita que Manuel Escacena, con esa voz de ron miel, llora un cante popular argentino que recuerda lejanamente a los villancicos y halla cobijo en los tercios de un cante tan grande como la soleá:
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La Reina del embrujo gitano que junto al gran guitarrista Sabicas, que supo como nadie empaparse de los aires del Continente que por muchos años fue su casa, interpretan una obra maestra del compás con aires de Colombiana, un estilo creado por el “maestro de maestros” Pepe Marchena:  Ir a descargar








La Guajira es una canción popular de la isla de Cuba y otras regiones americanas escrita en décimas, en la que alternan reiteradamente un compás de ¾, y otro de 6/8; la guajira es también un baile, que en aquellas tierras se acompaña con el cante de su nombre. Lo mismo que les pasó a las canciones asturianas y gallegas cuando llegaron a Cádiz, la guajira se envenenó de andalucismo y salió cantando y bailando por tangos, con tan buena fortuna que a mucha gente le pareció una buena moza la parienta recién llegada del Caribe.

Lo dulzón de su tierra nativa, la indolencia, la picardía, la sensualidad, se encontraron a gusto en el litoral gaditano; por su parte, Cádiz recibió a la guajira como un envío generoso del Nuevo Mundo , como una receta misteriosa para incubar huevecillos de caimanes y sacar de ellos bocas de la Isla; el ritmo, las pausas, el movimiento, el sonido,todo contribuyó a que los gaditanos 
aprendiesen a cantar y bailar la guajira, metiéndola en un ritmo nuevo de tango de Cádiz.



Su peso en oro tiene la guajira de Juan Breva con la Leona de Ramón Montoya:
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A la figura del mítico malagueño Rafael Flores Nieto, más conocido por el nombre artístico el ‘Piyayo’ se le atribuye una creación en formas de Tangos, que recoge de su periplo por tierras cubanas, donde le tocó prestar el servicio militar y estuvo preso, con los ecos de la carcelera y las décimas de la guajira. A pesar de no ser considerado un cante de enjundia y de que entendidos cantaores han diluido y han hecho fácil; aunque él mismo decía que eran caramelillos y no tenían la fuerza de un cante jondo.

Manolillo el Herraor los cantaba como nadie:
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Manuel Vallejo - Tango argentino a lo gitano:
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